Si fuera posible desearía realizar films que, aparte de entretener al público hiciesen ver al más adocenado de los espectadores que no está viviendo en EL MEJOR DE TODOS LOS MUNDOS POSIBLES. De ese modo mi trabajo, por modesto que fuera, resultaría altamente constructivo. Las películas de hoy, incluyendo las llamadas neorrealistas, se dedican justamente a la tarea contraria. ¿Cómo es posible que se pueda esperar una mejora en la calidad moral de un film, y, por tanto, en el gusto del público y del productor, cuando aún en las más insulsas comedias sociales, nuestros conceptos de patria, religión, amor, justicia, etc., son ÚNICOS Y NECESARIOS? El verdadero opio del espectador es el conformismo y la gigantesca maquinaria del film se consagra en su totalidad a propagar ese confortable sentimiento, aunque a veces lo disimule revistiendo sus creaciones con el insidioso disfraz del arte.
Luis Buñuel, entrevistado por Robert Hughes
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